A principios de 2007 llegué a Grazalema por pura coincidencia. Buscando un lugar de refugio para mi frenética vida como abogado de fusiones y adquisiciones corporativas internacionales, una joven en la recepción de coches de alquiler de AVIS en Sevilla, Santa Justa, la estación principal de Sevilla, tuvo la amabilidad de recomendarme visitar Grazalema. A día de hoy todavía le agradezco la sugerencia. Al llegar fue amor a primera vista. Con la ayuda de Sergio Benítez, el agente inmobiliario local, ahora un amigo muy querido, encontramos una finca en “la Ribera de Gaidóvar”, un valle a las afueras del pueblo y poco después comenzó el proyecto de renovación y mejora a largo plazo. Le siguió una estrecha colaboración con José María Ríos y su equipo de albañiles que continúa hasta la fecha.
He aprendido lecciones valiosas e inesperadas durante este proceso y experimentado una vida completamente diferente de la que estaba acostumbrado. Todo esto fortaleció mi deseo e interés de entender el panorama general, y me dio una visión profunda de la importancia de ser parte de un “todo” en lugar de poner mi persona como el centro del universo y perseguir objetivos personales exclusivamente. A lo largo de los últimos 15 años hemos ido de crisis en crisis en una escala local, regional y global. Guerras, conflictos, economías y sistemas financieros colapsados, el crecimiento de la desigualdad, alto desempleo, amenazas medioambientales y recientemente la crisis global del Covid-19 con devastadoras consecuencias e impactos en nuestro día a día.
Mientras tanto, he visto Grazalema y su comunidad luchando a su vez. Desempleo, trabajos mal pagados, una creciente apatía de sus habitantes, los jóvenes buscando un futuro fuera del pueblo, pobre mantenimiento o incluso la destrucción de muchos edificios y casas, el cierre de espacios públicos como colegios, menos asistencia a las fiestas locales y así sucesivamente. A pesar de todo esto, soy optimista. Veo el cambio y un enorme deseo, especialmente de las generaciones más jóvenes de hacer las cosas de forma diferente y mejor. Tenemos que hacerlo, si nos tomamos en serio la búsqueda de una vida significativa y con propósito para todos nosotros, tenemos que hacerlo, si de verdad queremos darle a nuestros hijos un buen mundo en el que vivir, y tenemos que hacerlo si de verdad queremos sobrevivir como comunidad y como especie. No tenemos que rescatar la tierra como oímos decir a mucha gente, no, tenemos que rescatarnos a nosotros y a todas las especies observando y escuchando a la naturaleza como ejemplo y vivir en armonía con ella en lugar de destruirla y explotarla y de verdad colaborar por un bienestar común compartiendo los recursos y resultados de una manera justa y equitativa.
Como he dicho, Grazalema y su gente me ha enseñado lecciones valiosas, han compartido conmigo los muchos dones de la naturaleza y la belleza del pueblo y la comunidad. Recientemente encontré libros, “Social Value Investing” y “Diseñando Culturas Regenerativas” que abordan exactamente estos desafíos, la necesidad de cambio y una forma diferente de acercarnos y colaborar para alcanzar ese cambio.
Decidí que ya era hora de parar de observar, hablar, quejarme y esperar a que otros tomaran la iniciativa. Era hora de actuar yo mismo. Hora de empezar a contribuir a ese cambio y convertirme un agente de cambio. De ayudar y servir a Grazalema para convertirla en una comunidad vibrante y próspera que ofrece una variedad de trabajos significativos, un alto nivel de bienestar para toda su gente, una cultura diversa, donde el arte, la música y la tradición florecen, que es resiliente y que ofrece un ambiente saludable y sostenible para las personas, la flora y la fauna, para vivir, trabajar y estar. Grazalema tiene tanto que ofrecer y tantas fortalezas para hacerlo posible.
Tuve la suerte de encontrar a Álvaro, Miriam y Karmele, tres jóvenes con mucho talento y excelente formación que representan esa nueva generación para formar el equipo central de la Iniciativa Grazalema 2030 y al alcalde de Grazalema, Carlos Javier García Ramírez para apoyar la idea y ofrecer su apoyo y un lugar como oficina. Pero necesitamos el apoyo de todos vosotros para tener éxito, ya sea del sector privado o público, de universidades o organizaciones privadas, de la comunidad de Grazalema o de cualquier parte. Necesitamos la colaboración de todos para tener éxito y crear un futuro mejor para todos. La iniciativa consistirá en varios proyectos que aborden necesidades económicas, sociales, ambientales y / o culturales. Algunos serán más pequeños y traerán cambio a corto plazo, otros mayores requerirán más tiempo. Será un viaje largo y desafiante pero seguramente muy emocionante y satisfactorio.
¡Únete a nosotros!
Fred Guelen