El Tambor del Llano es una finca de 32 hectáreas que tradicionalmente ha tenido una intensa actividad ganadera, además de la explotación de corcho. Durante la segunda mitad del siglo XX, la finca sufrió alteraciones debido a la intensa carga de ganado caprino. Por una parte, el arbolado perdió su capacidad de regeneración y era muy complicado encontrar en la finca árboles jóvenes. Por otra parte, la acción de las cabras, eliminando gran parte de la vegetación en torno a los arroyos, provocó grandes problemas de erosión que aún permanecen. Actualmente el ganado caprino ha sido sustituido por oveja merina de Grazalema en baja carga y desde la gestión de la finca se están poniendo en marcha diferentes medidas para solucionar los problemas ecológicos que sufre ésta.
Con el objetivo de ayudar a revertir estos problemas, junto con O-Live Medioambiente, decidimos organizar la jornada de voluntariado ambiental “Ganadería y artesanía en la Sierra de Grazalema: un futuro sostenible”. Además, también queríamos poner en valor y presentar proyectos de futuro relacionados con la industria de la lana en la comarca.
Tras una presentación de la jornada realizada por Álvaro Bueno, biólogo gestor de la finca, nos pusimos manos a la obra. Por una parte, se procedió a la colocación de protectores metálicos en jóvenes ejemplares de árboles autóctonos para prevenir el daño que pueden realizar el ganado y los ciervos que frecuentan la finca. Y por otra parte se trabajó en un arroyo temporal que ha perdido su vegetación de ribera, encauzando sus márgenes y colocando rocas de la zona en forma de diques y presas para parar la formación de cárcavas y la pérdida del suelo fértil. Posteriormente, se reforestaron dichos márgenes con vegetación autóctona.
Tras un merecido descanso, asistimos a unas pequeñas charlas y presentaciones en torno a la oveja merina de Grazalema. Aprendimos sobre las particularidades de ésta y su potencial para recuperar la industria de la lana en la comarca. Y algo muy importante: sobre como una gestión adecuada de su pastoreo puede ayudar a regenerar la fertilidad del suelo y nuestros bosques.
Finalmente, con Lana Merimorena, asistimos a unos talleres teórico-prácticos donde aprendimos de primera mano el viaje de la lana desde que la oveja es esquilada hasta que los productos de lana están acabados y en nuestras manos. Fue interesantísimo sentir el tacto de la lana en las diferentes fases del proceso, y pudimos aprender a cardar, hilar… Vimos cómo se transforma la lana en fieltro, cómo se tiñe y cómo se pueden llegar a elaborar la gran variedad de piezas que este producto nos ofrece.
Les damos las gracias por su colaboración a José Alfredo de AMEGRA (Asociación de la Oveja Merina Grazalemeña), a Paco de Turismo de Grazalema y a Francisco Rodríguez de eCuroum. Por supuesto a Álvaro Bueno y Tambor del Llano por su acogida. ¡Y especialmente a todos los que quisisteis pasar un magnífico día con nosotros trabajando por la conservación de nuestro entorno!